Ahora que estamos en verano, calor, terrazas,… y un rosado para cualquier hora del día.

Toda la uva de l’Abrunet Rosat proviene de la finca Les Trufes, en la que conviven tres garnachas distintas: tinta, blanca y gris. Seduce con su aspecto provenzal y los aromas de fruta roja silvestre, heno y hojarasca. En boca, exhibe volumen suficiente y se descubre lentamente. Goloso y muy agradable.

Los padres de Francesc Ferré tenían pequeñas tierras y combinaban las tareas en el campo con otras profesiones. Llegado el momento de que Francesc y su hermano pequeño, Joan, decidieran qué querían ser, la viña y la tierra que ambos llevaban dentro desde muy pequeños les hizo decidirse por el campo.

En casa de los Ferré siempre se había hecho vino pero jamás se habían planteado comercializarlo; la uva se vendía a la cooperativa y a pequeñas bodegas. Llegó un día en que la bodega que les compraba la mayor parte de la uva dejó de hacerlo y de aquel momento surgió su primer vino. Pusieron en marcha su propia bodega como acto de rebeldía, intentando poner en valor sus tierras.

Mientras Francesc estudiaba ingeniería agrícola en Tarragona, compaginaba ya sus estudios con las tareas de la bodega familiar; su padre le regaló un primer depósito con el que trabajar y Francesc se lanzó de cabeza a la aventura de hacer vino. Hoy, sus vinos trascienden su Terra Alta natal, incluso Cataluña y se sitúan entre los vinos más prometedores de la incipiente revolución catalana del vino.